¿Desaparecerá la legislación sobre el nepotismo?

Por Dianeth Pérez Arreola

Bajo el argumento de ser «discriminatoria» la legislación que regula la contratación de familiares parece estar viviendo sus últimos días.

Por ejemplo, hoy se le preguntó al magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia y Consejo de la Judicatura de Baja California, Alejandro Isaac Fragoso López, sobre el caso del magistrado Julio César García Serna, y la contratación de su sobrino Manuel Martín Méndez García.

De acuerdo con el Artículo 18 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, ningún nombramiento para empleado de la administración de justicia o auxiliar de ésta, podrá recaer en los casos que se refiere el reglamento y en ascendientes, descendientes, cónyuges o colaterales dentro del cuarto grado por consanguinidad o segundo por afinidad de los consejeros del consejo de la judicatura y magistrados del tribunal, excepto en los casos de los servidores públicos que ya se encuentren laborando dentro del poder judicial con anterioridad a la designación del consejero de la judicatura. La inobservancia de esta disposición es motivo de responsabilidad de quien o quienes aprueben le designación, procediéndose a la remoción inmediata respecto del servidor público indebidamente designado.

Si Méndez García hubiera entrado al Poder Judicial antes del nombramiento de su tío, el magistrado García Serna, no hubiera ninguna irregularidad, pero no fue así.

Desde el punto de vista de los derechos humanos, todos tenemos derecho al trabajo y a no ser discriminado y bajo esta lectura, no ser discriminado por tener a un familiar empleado en determinado lugar. Según abogados consultados, solo se prohibe que estén bajo el cargo del familiar, pero por otra parte propicia intercambio de favores entre funcionarios de alto nivel, sin contar además que se favorece la contratación de una persona por sus conexiones y no por su capacidad.

Lo que es un hecho es que la ley sigue vigente, que el artículo aun no se deroga y que lo que han hecho hasta ahora es interponer amparos de manera personal, escudados en esa presunta discriminación. ¿Estamos ante la oficialización del nepotismo? Usted juzgue.

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