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Reportaje

Los Cucapá y el medio ambiente: los grandes olvidados del Río Colorado

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Entre los usuarios del agua del Río Colorado suelen destacarse las ciudades y los valles agrícolas, pero las comunidades originarias y el medio ambiente también recienten la crisis hídrica, cuyos efectos se agravan cada vez más pero no son prioridad para los gobiernos

Por Dianeth Pérez Arreola

Cucapá significa en su propia lengua “pueblo del río” o “gente del agua”. La vida de los Cucapá ha estado conectada desde siempre al delta del Río Colorado, y en la medida que se reduce su caudal, también lo hace su población. “El agua del Colorado es la sangre de nuestras venas” dice Leticia Galaviz, pescadora de una comunidad que se extingue poco a poco.

Según el censo del 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la población Cucapá se integra por 349 personas que habitan principalmente en las comunidades Cucapá indígena y El Mayor, en el municipio de Mexicali. Dependen de la pesca y conforme los volúmenes del río Colorado se reducen, enfrentan más problemas para encontrar cuerpos de agua que les permitan sobrevivir.

Por otro lado, el delta del río ha cambiado radicalmente ante la falta de agua. Gracias a los esfuerzos del Sonoran Institute y otras organizaciones ambientales se han podido recuperar varias zonas que se han reforestado y convertido en hogar de castores, aves, conejos, peces e insectos, entre otros.

Gracias al flujo pulso -cantidades de agua dedicadas a restaurar el medio ambiente- se han podido reforestar 350 hectáreas del delta con especies endémicas; áreas donde solo había pino salado ahora son el hogar de variada flora y fauna, como solía ser en los tiempos de abundancia del Río Colorado.

Veda, corrupción y sequía

Leticia Galaviz y su hijo menor limpian los 10 kilos de mojarra negra que pescó el joven ese domingo por la mañana. Es un caluroso mediodía de verano, y provistos con afilados cuchillos, cortan cabezas y colas, descaman y quitan las vísceras que enterrarán más tarde, mientras echan la pesca del día ya limpia al hielo molido.

Existen tres cooperativas pesqueras que agrupan a poco más de 100 integrantes. Los Cucapá pescan mojarra, lisa, bocón y camarón todo el año, mientras que la curvina solo dos meses al año, durante marzo y abril.

Leticia Galaviz, pescadora Cucapá.

Últimamente han encontrado en la captura de aguamala un nuevo mercado que abastece al paladar oriental. Para eso tienen que irse hasta El Zanjón, el área donde desemboca el Colorado y empieza el Golfo de California. Pescan en julio y agosto y venden el producto a ciudadanos chinos locales, lo que les ha dado un respiro en su lucha por la supervivencia.

Nos dirigimos a El Zanjón con Leticia. La zona es una de las rutas de transporte de la droga que llega al Valle de Mexicali desde el Golfo de California y los grupos criminales saben quién entra y sale de esa área.

La rutina de los pescadores es dura: salen a pescar por las noches; al llenarse las pangas van a la comunidad a vaciarlas, regresan y siguen hasta el amanecer. Mientras tanto hombres y mujeres se quedan limpiando el pescado. Eso cuando pescan en los cuerpos de agua cercanos a su comunidad. Cuando van a El Zanjón van en caravana y se quedan allá varios días.

“Llegan las pangas como de las dos a las cinco de la mañana; cerca de las dos de la tarde apenas vamos llegando al campamento, sin comer y sin dormir. Andas llena de tripas, llena de lodo, con un taco en la mano, corriendo”, cuenta Leticia.

La pesca en el Río Hardy es de domingo a martes, porque los miércoles es cuando llega a la comunidad el comprador de Tijuana. Pescar desde el miércoles significaría una fuerte inversión en hielo para mantener el producto fresco una semana.

“Llegamos con el pescado fresquecito donde nos lo compran y de estar en un promedio de 15 pesos por pescado, te lo pagan en la tarde ya a 7 pesos porque llegan primero los ilegales, que a veces ni tienen permiso de pesca ni pertenecen a ninguna cooperativa y que les pagan a las autoridades una mordida para que no los revisen y que hacen que a nosotros nos regateen el pescado”, señala.

Esa comunidad solo tiene permiso para pescar curvina dos meses al año. “Peleamos con el gobierno, les decimos que nos dejen pescar nada más a nosotros, los indígenas. Tenemos pangas que le caben máximo dos toneladas, con motores de 115 caballos y dos redes que no abarcan mucho. Nuestra competencia trae pangas que agarran cinco toneladas y traen cinco kilómetros de redes y así no podemos competir contra el Golfo ni contra San Felipe. Le decimos a las autoridades ‘déjanos pescar nada más a nosotros. La curvina déjala especialmente para nosotros’, pero no. Nos metieron el tope de captura, nos metieron la reserva ecológica donde nos permiten un cierto tonelaje, de 4 toneladas por panga, y no se cubren los costos con ese límite. Queremos prioridad para la pesca de curvina; es territorio de nosotros y saben que la pesca es ancestral”, indica.

Reserva ecológica

El Gobierno quiere hacer una reserva ecológica sin consultarnos, nuestra cooperativa no ha aceptado ese límite, expone la pescadora. Son dos meses de marea en un año, cuando el Golfo y San Felipe tiene permiso de sierra, de camarón, de chano, de curvina, de aguamala, y los Cucapá solo de curvina y aguamala, por lo que no son competencia.

Si nos ponemos a competir, no les hacemos nada, ni a lo ecológico y es lo que el gobierno no nos entiende, apunta Leticia. Le han pedido a las autoridades que les envíen agua del Río Colorado, y supieron que efectivamente lo hicieron, pero que se desvió hacia los humedales. “No llegó al río, no sé qué pasó, trazaron mal la ruta y el agua salió más enfrente de nuestra comunidad. Nunca nos explicaron qué pasó. Llegó al vado Carranza pero no nos llegó”.

Leticia Galaviz en el vado Carranza.

El año pasado citaron a la comunidad Cucapá a una reunión en el Campo Mosqueda, donde les informaron que quieren hacer una reserva ecológica desde donde termina el Río Colorado hasta el Campo Mosqueda, y esto incluye su comunidad. No fueron consultados sobre esta propuesta y no están de acuerdo.

“Si no hay agua ¿a dónde nos quieren mandar?, ¿cómo van a sustituir nuestras áreas de trabajo?, ¿a dónde nos van a limitar a pescar? Les dijimos que no, y que no les íbamos a hacer el trabajo que ellos les corresponde porque preguntaban cosas como ¿para qué ocupas el álamo? Bueno, pues yo lo ocupo para hacer las faldas de corteza, las faldas tradicionales. Con el sauce hacemos trampas para pescar, las canastas. Y luego preguntaban ¿hacia qué dirección vas y cortas leña y de qué árbol? Yo les dije que como indígena uso palofierro, mezquite, pino, lo que se me atraviese por donde yo voy caminando, si yo ocupo leña la voy a agarrar. ¿Entonces no tienes un área fija donde agarres leña? No, porque yo no tengo límites en mi área, es mi tierra”, declara Leticia.

También les preguntaron sobre el uso de las plantas curativas, dónde encontrarlas, y ellos no quisieron responder. “No les íbamos a contestar para ayudarlos a perjudicarnos. Quedaron en que íbamos a tener más reuniones, pero hasta ahora no se han vuelto a hacer. Esta fue en noviembre con el Sonoran Institute y otros organismos y dependencias de gobierno y fue más para informarnos que para preguntarnos”, indica.

La pescadora subraya que no se sienten representados por ningún orden de gobierno; “todo es lo mismo, puras promesas y promesas. Esto no es de ahorita, tiene años y pueden ver los resultados: ninguno”. 

El medio ambiente, el otro gran olvidado

Tomás Rivas, del Sonoran Institute, explica que el proyecto de rehabilitación de laguna grande tiene desde el 2007 y participan el Sonoran Institute, Restauremos el Colorado, Pronatura Noroeste, además de algunas organizaciones en Estados Unidos.

Se trata de recuperar la vegetación y el hábitat que tenía originalmente el río; recuperar la vegetación ribereña y el agua abierta para lograr que lleguen cada vez más especies nativas de aves, de mamíferos, de insectos y de toda la fauna original.

Tomás Rivas, del Sonoran Institute explica las acciones para reforestar el delta del Río Colorado.

“Para la reforestación utilizamos únicamente especies nativas y la especie principal es el mezquite para la zona desértica y para la más cercana al rio usamos álamos y sauces, además de algunas especies más pequeñas como arbustos y pastos complemento de esa vegetación. Entre la fauna más relevante tenemos al castor, tenemos varias familias viviendo en los sitios de restauración, hemos registrado gato montés con crías, coyotes, mapaches y algunos más pequeños como musarañas del desierto, juancitos, y aves rapaces como lechuzas y búhos”, remarca.

En las zonas recuperadas viven especies protegidas tanto en México como en Estados Unidos como el mosquero saucero y el cuco pico amarillo, dos especies de aves.

Las actividades de restauración iniciaron con una iniciativa en el año 2000, donde se analizó qué era posible hacer en la parte mexicana, qué se podía restaurar en la zona del Río Hardy, en la del estuario y esa parte del Río Colorado.

En esa reunión se vio que una pequeña cantidad de agua puede ayudar a recuperar el ambiente y para el 2004 se hicieron las primeras visitas al polígono de Laguna Grande, que era entonces un sitio muy diferente.

“Empezamos a replicar lo que vimos aquí en cuanto a especies y la creación de hábitats. A lo largo de los años hemos ido incrementando el área y las especies de árboles. Tenemos 3 polígonos de concesión aquí en Laguna Grande, son más de 520 hectáreas de área concesionada y de ellas hemos restaurado en este polígono donde estamos unas 100 hectáreas y en total tenemos 350 hectáreas restauradas”, explica.

Flora y fauna

Una de las complicaciones de la sequía es que uno piensa en todos los beneficiarios: la industria, la gente, la agricultura, y siempre se ha olvidado el medio ambiente como un usuario más del agua del río, dice Rivas. Por eso es importante traer agua a estos sitios porque eso implica tener hábitats saludables, más flora y fauna y eso es una zona de protección para especies nativas y de caza.

El principal riesgo es por supuesto perder el agua, pero por ahora la estructura del sistema de riego del Valle de Mexicali permite tener ese recurso en el sitio, indica.

Área reforestada en Laguna Grande con álamos, sauces y otras especies nativas.

Se envió agua a la zona en 2014 con el flujo pulso, y en 2021 y 2022 con los envíos de agua federal a esta zona. La idea es que las comunidades cercanas de apropien de los sitios restaurados para que sean ellos quienes cuiden y protejan esas zonas y procuren mantener y aumentar los volúmenes de agua que reciben.

“Siempre vamos a tener el peligro de perder el agua, siempre estamos en comunicación con otros organismos de este y el otro lado de la frontera y un cambio muy importante fue el envío de agua para el medio ambiente, que esperamos mantener en el futuro”, confía el experto del Sonoran Institute.

La afectación a las comunidades originarias

La pesca es fundamental para la supervivencia de los Cucapá. Rivas señala que parte del plan es tener un área natural a lo largo del río y que hay un proceso para declarar un área como reserva natural, para lo cual se darán a la tarea de identificar las zonas y de ellas ver cuáles están aptas para destinarse a la protección y cuáles para el aprovechamiento sustentable de la pesca.

“No se va a quitar el uso de los recursos que ya se utilizan, simplemente aprovecharlos de manera sustentable. De hecho, nosotros hemos colaborado con apicultores y ahora tienen algunas cajas dentro del área restaurada y el sitio está protegido por guardaparques. Aquí podrían realizarse actividades de pesca deportiva y más abajo podría haber actividades de pesca de consumo. Mientras no haya sobrepesca puede hacerse uso de los recursos de manera responsable y sustentable, sin afectar a ninguna comunidad. La idea es tener agua del río corriendo y que llegue como antes al Golfo de California”, opina.

El Río Hardy, el cuerpo de agua más cercano a la comunidad Cucapá.

Pero ¿a dónde fue el río? Si uno piensa en el río donde es caudaloso se puede imaginar la magnitud de los flujos que venían y llegaban hasta el golfo, relata; hasta parece difícil de imaginar que pasaba por aquí. La responsabilidad por la disminución del flujo es una combinación de factores, y al final la conclusión es que el río no tiene agua para todos los usuarios, y el último en la lista es el medio ambiente, agrega.

“Ahora el río no fluye, pero ves aquí todavía la fuerza del río y lo que es posible hacer aun con esa agua. El río no lo perdimos, aquí está, en espera que le mandemos agua para volver a resurgir y poder fluir hasta el mar. Es como semillita que esperamos ver crecer y ver los efectos que suceden cuando el rio tiene agua”, apunta.

Menos agua y de menor calidad

Alfonso Cortés, investigador del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), explica que hemos estado recibiendo junto con esta menor cantidad de agua, también menor calidad, por la salinidad del Río Colorado. “Una vez que recibimos el agua en México, va a los diferentes usos: el 70 Por ciento va a la agricultura, el resto va a las ciudades y a la industria. Se utiliza en las ciudades y después hay descargas, a las cuales hemos tenido problemas para darles un tratamiento integral y completo y aprovecharla”, opina.

Esa menor calidad se refleja en el sector agrícola, donde los cultivos se ven afectados por el incremento de la salinidad; la sal hace que los cultivos tengan un rendimiento disminuido, de ese punto de vista los suelos y las plantas se ve afectados, dice. Respecto a las ciudades, subraya que necesitamos mayor infraestructura, mayor inversión para poder limpiar esos mayores volúmenes de agua que están demandando diferentes sectores.

Estamos al final de la cuenca del Río Colorado; de hecho el Valle de Mexicali no es un valle, es geofísicamente hablando, una planicie costera de inundación; una zona deltaica. Está al final del camino del agua que nace en las montañas rocallosas, a más de 2 mil 300 kilómetros, así que naturalmente se va incrementando la salinidad de manera natural, explica.

Cultivo de algodón en el Valle de Mexicali.

“Nosotros recibimos la calidad más baja y el problema es histórico. En el Valle de Mexicali hay una ruta de la sal, porque ahí se asientan las sales del Río Colorado y tenemos una disminución de la productividad”, comenta.

Para contrarrestar esto, se dispone de una red de drenaje a cielo abierto, donde se descargan las aguas que se utilizan después del riego y esas sirven para eliminar las sales en una medida, y también los volúmenes de que no se ocupan en la agricultura, algo que deberíamos estar aprovechando en estos tiempos, aconseja. A esa agua debería de dársele un retorno para poder enfrentar la escasez de agua limpia.

En el tratado se establece una norma; el acta 242 del CILA establece el nivel de calidad que se debe entregar a México, que por cierto, siempre es de menor calidad a la que se tiene en Estados Unidos: 121 partes por millón.

Esos niveles están establecidos desde que se firmó el acta 242 en 1973. Hasta recientemente se incorporó el tema de la salinidad en las recientes actas; la 319 en 2012 y la 323 que es la que está vigente. Ahí se menciona que se van a mejorar los sistemas de monitoreo. El sistema actual considera promedios pero la sal no se mueve así, entra diariamente y están tratando de implementar un sistema de monitoreo que considere de menor manera las fluctuaciones de la sal.

Para poder cumplir con los estándares de salinidad hay un sistema de monitoreo binacional. Las instancias que tienen que ver con las entregas de volúmenes de agua en términos de cantidad y de calidad, es del lado mexicano el CILA y en el lado americano IBWC (International Boundary and Water Commission).

Uno de los tantos canales en el Valle de Mexicali, que forman una red de 2 mil 500 kilómetros.

¿Recibimos la cantidad justa de agua?

Las entregas de agua que hace Estados Unidos a México parten de un tratado binacional de aguas internacionales que incluye 3 grandes corrientes: el rio Colorado con 1,850 millones de metros cúbicos, en el Río Bravo no recibimos, entregamos 2,200 millones de metros cúbicos en un lapso de cinco años, y en el Río Tijuana, entregamos volúmenes que se miden con aguas residuales. Hablar de justicia es entonces muy relativo, expresa el investigador del COLEF.

Recibimos aproximadamente el 9.1 por ciento del flujo promedio del rio Colorado, que es 15 millones de acres pies o 18 mil millones de metros cúbicos al año. Es un volumen que guarda proporcionalidad de población, tamaño de la región y aportación a la cuenca. Cortés apunta que no aportamos nada; somos receptores netos.

Ese volumen de 1,850 millones de metros cúbicos por año no se está entregando porque el acta 323 que se firmó en el 2017 establece ciertos niveles de recorte, y estos niveles de reducción dependen de las condiciones de la presa Hoover, explica.

Alfonso Cortés, investigador del COLEF.

“En el 2021, 2022 y 2023 hemos tenido recortes consecutivos de diferente orden: en el 21 fue por concepto de ahorro, se supone que después regresará a nosotros, ¿cuándo? Tal vez nunca. Fueron 51 millones de metros cúbicos. En el 2022 fueron dos conceptos: ahorro más reducciones obligatorias y sumaron 99 millones de metros cúbicos. Este año está corriendo un volumen de 128 millones de metros cúbicos, sumando ahorros y reducciones, así que ya no recibimos los 1,850 millones de metros cúbicos”, precisa.

Esa cantidad, 128 millones de metros cúbicos, es 1.3 veces el consumo total de toda el agua de la ciudad de Mexicali. Comparativamente en la actividad agrícola, es el agua que sirve para regar 13 mil hectáreas. Es un volumen importante, que muy probablemente cambie porque las condiciones de la disponibilidad de agua a nivel de cuenca siguen una tendencia negativa. Las condiciones de la demanda del agua siguen al alza. “Yo estimo que si hablamos de justicia, va a ser todavía más injusto muy pronto porque va a a haber recortes adicionales el año que entra y se verán limitadas las diferentes actividades productivas, no solamente la agricultura”, asegura.

Cuando se habla de reducciones y recortes, no se recorta el uso urbano del agua de ninguna ciudad, sino el de la agricultura. Pero si hay excedentes de operación y una vez que hacen todas las actividades de riego y se rescatan ciertos volúmenes, el recurso se va a Tijuana. Al haber una reducción, habrá un impacto directo en la disponibilidad de agua en la zona costa. En papel no, en la práctica sí, vaticina.

Un tercer recorte de los volumenes de agua que México recibe de Estados Unidos se anunció en agosto de este año.

Opciones

Hace tres años los agricultores no tenían recortes. Ni ellos ni la zona costa pensaban que se les podía reducir el agua que recibían del Río Colorado. “Eso lo ven como algo injusto para su desarrollo. Yo no lo veo así desde el punto de vista de una relación bilateral porque también del lado americano ha habido recortes importantes; todos están teniendo recortes y éstos seguirán”, indica Cortés.

Cuando hablamos de escasez es muy importante pensar en donde utilizamos el agua y si es pertinente usar esa agua escasa en cultivos altamente consumidores de agua, como los cultivos que sirven para alimentar a la ganadería, ya sea de carne o de leche, relata.

Este año se sembraron cerca de 40 mil hectáreas de alfalfa y ese es un cultivo muy demandante de agua; usan una lámina de agua de cerca de dos metros de profundidad que si lo multiplicas por la superficie nos dan un volumen muy alto. Yo soy ingeniero agrónomo, dice Cortés; “hay cultivos que pueden utilizar mucha menos agua y que sirven para alimentar al ganado, como el trébol alejandrino o el ramio, que pudieran ir sustituyendo paulatinamente a la alfalfa para reducir el consumo de agua a la mitad”.

Si decidimos no cambiar la alfalfa, lo que podemos hacer es cambiar las técnicas para regar, sugiere; hay estudios probados que muestran que podemos reducir el consumo de agua en un 50 por ciento, entre consumo y optimización del recurso. El investigador del COLEF remarca que para cambiar los cultivos se requieren tres tipos de incentivos: de carácter regulatorio, gubernamentales y de mercado.

Hay muchas formas de que se puede tratar de reducir el consumo, pero hay que enfocarse en las que más impacto tienen. El consumo de las ciudades comparado con la agricultura es mínimo, pero aun así tenemos que ahorrar agua en las ciudades.

“El consumo per cápita en las ciudades está por arriba del estándar internacional, por ejemplo, en Mexicali con un 50 por ciento arriba, y en Tijuana también, y todos los días está demandando agua de Mexicali. Si tenemos que hacer acciones para reducir el consumo en las ciudades, pero yo primero pondría en la lista de prioridades tratar de buscar la reducción del consumo donde más se utiliza el agua, que es en la agricultura. Y de ahí, en el cultivo que más consume agua, que es la alfalfa”, opina.

“De ahí me iría a buscar utilizar de mejor manera el agua que se distribuye en el Valle de Mexicali a través de más de 2 mil 500 kilómetros de canales; es la distancia de aquí a la Ciudad de México: ese es el tamaño de la red de distribución del valle. Tenemos muchas oportunidades para optimizar el agua en esos canales y no estoy diciendo que en todos, porque necesitamos dejar que el agua se infiltre para que se recargue el acuífero”, expresa.

Un uso más eficiente del agua en el Valle de Mexicali traería ahorros significativos de ese recurso.

Si hacemos eso, asegura, tendríamos rescate de volúmenes importantes del orden de los 70 millones de metros cúbicos una vez que se establezcan los proyectos, y esa cantidad es el doble de lo que Tijuana nos demanda cada año como agua faltante.

En Mexicali habría que limitarnos a 160 litros por habitante por día, que es el estándar, no 240 litros como sucede actualmente. En Tijuana gastan 165 litros por habitante por día, cuando el estándar son 105 litros.

“Es importante priorizar las alternativas y ahí nos estamos equivocando. No me parece que las plantas desalinizadoras sean la alternativa última y única en Baja California. Es una alternativa muy cara, muy costosa ambientalmente porque es muy contaminante y que además no nos ayudaría en el largo plazo a detener esta sequía que viene. Es mejor el agua residual tratada, por ejemplo. Cuatro veces más económica y no la estamos aprovechando”, destaca.

Solo le damos una sola vuelta. La limpiamos y la mandamos al mar, es lo peor que hacemos en México. La limpiamos para mandarla al mar y luego queremos una desalinizadora, es un contrasentido, dice.

El investigador del COLEF declara que esta situación crítica del agua va a continuar, pues los datos indican que hay una tendencia de sequía de largo plazo. Puede haber recuperaciones en algunos años, pero el largo plazo obliga a cambiar prácticamente todo el manejo del agua.

La crisis del Río Colorado empezó hace más de 20 años y es una señal de alerta. Tendríamos que haber empezado a hablar de medidas en ese entonces y no ahora, subraya. Ahora viene la crisis más complicada hay que empezar a trabajar a un ritmo más acelerado con las alternativas que tenemos.

La cuenca del Río Colorado está ubicada en una región ya no de sequía prolongada, sino de mega sequía. Recalca que tenemos sequías más frecuentes, más prolongadas y más intensas. “Esta experiencia deberá servir para que en las otras regiones se lleven a cabo medidas de este tipo. Hay 184 cuencas transfronterizas en donde tenemos que hablar entre países para ponernos de acuerdo; es un laboratorio excelente para aprovechar el conocimiento y las experiencias de corto plazo”.

La cuenca del Río Colorado está ubicada en una región de mega sequía y urgen acciones preventivas.

Agua y comunidades originarias

En toda esta problemática, ¿cómo incorporamos a los grupos originarios y al medio ambiente, que son los usuarios olvidados del Río Colorado?.

“Me parece que esta crisis es la oportunidad para incorporar a esos grupos y rescatar todo ese conocimiento y saberes milenarios que tienen para manejar el suelo, las plantas y el agua. Ellos son los verdaderos expertos. Sabían gestionar la abundancia y la escasez porque la vivieron muchas veces y nosotros los de la era moderna, los del “mundo civilizado” no sabemos aprovechar esas experiencias”, externa Cortés.

Es el momento y la oportunidad para incorporarlos como parte de mecanismos de participación ciudadana en donde estén presentes. Aquí en Baja California hay una contraloría ciudadana del agua y ahí participan algunos miembros de la comunidad Cucapá, relata.

Ellos son importantes para mantener el valor cultural de la región, dice. “Para mi ellos son mucho más importantes que el medio ambiente, que apenas se acaba de incorporar en el acta 319, la más reciente de la CILA y ahí se estipula un componente de flujo ambiental, pero hay que hacer mucho más por estos dos usuarios olvidados”.

Estoy de acuerdo que haya flujo ecológico, pero no estoy de acuerdo en la forma como se está haciendo, opina Cortés. “En otros ríos del mundo que están en la zona deltaica se habla de proporciones que se dejan fluir por parte de cada usuario, pero aquí es un mecanismo muy raro; aquí es un mecanismo de compra de derechos de agua para ponerlo de flujo ecológico donde no están las comunidades de pueblos originarios. Están totalmente excluidos, se tienen que incorporar a esos flujos pero también a los otros, a los productivos. Me parece que eso sí es bastante injusto. Lo digo fuerte: es muy injusto lo que le está pasando a estos grupos, excluidos totalmente de su medio ambiente en el que ellos vivían y excluidos de un medio desarrollo económico saludable para sus familias”.

Resistir para existir

Tenemos que resistir para existir, subraya Leticia, la pescadora Cucapá. El río es nuestra madre, dice, como femenino es también el poder de la comunidad, pues los permisos de pesca y las representaciones de los Cucapá recaen en las mujeres. “Esto es un matriarcado y las mujeres lucharemos hasta el final por la supervivencia de los nuestros”, manifiesta.

A mediados de agosto se anunció un recorte de las asignaciones de agua del Río Colorado a los usuarios de Estados Unidos y México; el tercero desde que se firmó el tratado de 1944. Una medida cuyos efectos se calculan y analizan para los usuarios urbanos de Mexicali, la agricultura y la zona costa, pero no para los olvidados del Río Colorado.

Corrupción

Son controles de alcoholemia en Tijuana fuente de corrupción

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El gobierno municipal de Ismael Burgueño empezó con las prácticas que heredó de la administración de Montserrat Caballero, donde personas encargadas de los controles de alcohol y los depósitos municipales, hacían su agosto.

El viernes primero de noviembre, un hombre a quien llamaremos Víctor, iba de regreso a su casa tras una cena con amigos, donde consumieron bebidas alcohólicas.

Por una de las vialidades de Tijuana se encontró con un control de alcoholemia, donde estaban realizado las pruebas a todos los automovilistas. Víctor sobrepasó el límite permitido por punto cero uno.

Pidió que lo dejaran retirarse, pues su hogar estaba a pocas cuadras del lugar. Le dijeron que no, pero le pidieron su teléfono y le indicaron que tomara la multa que le habían dado, que se fuera a su casa y que esperara una llamada a las siete de la mañana.

El sábado 2 de noviembre recibió puntual la llamada. Le dijeron que estuviera en el estacionamiento del Calimax Fundadores a las 11 de la mañana, con 17 mil pesos en efectivo.

Ese supermercado está convenientemente ubicado justo enfrente del corralón a donde se llevan los vehículos que detienen en los alcoholímetros.

Fue al lugar que le indicaron y él y otras personas se encontraron en los varios cajeros automáticos de la zona sacando dinero para recuperar su vehículo y ahorrarse los cerca de 30 mil pesos que cuesta realizar ese trámite de manera oficial.

Se acercó a la persona con la que había hablado el día anterior cuando lo vio aparecer frente al supermercado. Les indicaron a cada uno que sacaran copia de su licencia de manejo y de su tarjeta de circulación.

El único lugar donde pueden hacer eso en esa zona es la Farmacia Venus, junto al estacionamiento del mercado. Una vez con las copias y el dinero listos, la persona de contacto llama a alguien, quien llega a los pocos minutos manejando el vehículo retenido. Se sube el dueño al lugar del copiloto, entrega documentos y efectivo, tras lo cual se baja para ocupar el lugar del conductor y se retira sin que haya quedado registro ni de la multa ni de la retención de la unidad.

El sábado pasado, el dependiente del negocio comentó a esta reportera que efectivamente llegaba mucha gente a sacar copias de su licencia y de la tarjeta de circulación, a pesar de que no hay oficinas de gobierno en esa área.

Ese sábado, el 9 de noviembre, una semana después de los hechos, se pudo observar que tanto patrullas de la Secretaría de la Defensa Nacional como de la Guardia Nacional llegaron a hacer rondines al estacionamiento y permanecieron ahí por varios minutos.

Cabe destacar que un medio de comunicación publicó después del sábado 2, una nota sobre este mecanismo ilegal de los empleados del Ayuntamiento, lo que pudo ocasionar que empleados del corralón dejaran de usar ese punto como lugar del intercambio. O solo esperar a que se enfriara el asunto.

Ya habíamos dado cuenta hace tres meses del mecanismo similar que operaba en la administración del hoy senador Armando Ayala en el gobierno municipal de Ensenada, donde la corrupción empieza desde el mismo punto de control de alcohol, donde un ejército de “coyotes” ofrecen amparos.

La promesa de Ismael Burgueño para hacer un gobierno transparente y honesto no va por buen camino. Y sobre austeridad, es lo que experimentan las arcas municipales al dejar de ingresar lo que va directo al bolsillo de sus funcionarios.

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Estatal

Da contratos millonarios el PAN estatal a empresas de dudosa reputación

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El Partido Acción Nacional en Baja California facturó más de 5 millones de pesos en una empresa tijuanense propiedad de un amigo de Óscar Martínez Garza, tesorero desde hace varias administraciones de ese partido político.

Las empresas “Mundo de Impresión Quinsau” y “Consultoría y Asesoría Quinjob” pertenecen al conglomerado Corporativo Q, con sede en Tijuana y propiedad de Jonathan Alfonso Quintero Arévalo.

El grupo empresarial se promociona como despacho a cargo de obligaciones fiscales, contables, administrativas, financieras, presupuestales, técnicas y legales, sin embargo, los conceptos facturados fueron por “diseños de mensajes, cobertura de fotos, producción audiovisual para redes, manejo de redes, videos y administración de redes”.

La representante legal de Mundo de Impresión Quinsau, es Beatriz Sauceda Landavazo, y el de Consultoría y Asesoría Quinjob es Quintero Arévalo, quienes forman un matrimonio.

El domicilio fiscal de la empresa Quinsau está la Calle Sierra Madre, en Urbi Villa Segunda Sección de Tijuana.

El domicilio fiscal de Quinjob está calle Providencia 17850, en Río Tijuana tercera etapa.

Las oficinas del Corporativo Q están en Zona Río.

Los gastos ejercidos en “Comunicación y redes” fueron más significativos en el 2022, aunque hay registros desde el 2021, donde hay una factura por 432 mil pesos por “Asesoría en comunicación política, diseño de mensaje, diseño gráfico, cobertura de foto y video y producción audiovisual para redes”.

Los servicios facturados al PAN estatal

Quién es Jonathan Alfonso Quintero Arévalo

El representante legal de algunas empresas del Corporativo Q tiene dos cédulas registradas en el Registro Nacional de Profesionistas. La primera es como Profesional Técnico en Mantenimiento de Equipo de Cómputo y Control Digital, en el Colegio Nacional de Educación profesional Técnica, de Ciudad de México en 2005. La segunda es con una Licenciatura en Administración de Empresas por el Centro Universitario de España y México, en el 2023.

Foto de las redes sociales de Quintero Arévalo, presumiendo un Rolex cuyo precio ronda los 400 mil pesos.

Las empresas también le facturaron a las administraciones morenistas de Tecate, con Darío Benitez, y de Tijuana, con Montserrat Caballero. También patrocinó eventos para la alcaldesa Zulema Adams a través de Consultora Pequisa, también propiedad de Quintero Arévalo, y del Sindicato Primero de Mayo, que forma parte del conglomerado de Corporativo Q.

El tesorero de Acción Nacional y exdiputado federal, Óscar Román Martínez Garza, se ha visto involucrado en varios escándalos. Uno es el procedimiento administrativo sancionador del INE por un asunto que se remonta a 2016: la retención de aportaciones al partido mediante descuentos vía nómina.

El otro es de cuando era el brazo ejecutor de Antonio Valladolid en la Sectetaría de Finanzas de Francisco “Kiko” Vega, y estuviera presuntamente involucrado en el entramado de “Hacking Team”, la firma italiana que ofreció servicios de proveeduría en Baja California, a través de la firma Elite by Carga.

El tesorero del PAN, Óscar Martínez y Kiki Méndez, amigos de Jonathan Quintero.

Las circunstancias

La campaña para definir quién dirigirá el PAN en Baja California empezó esta semana, y las contendientes son la exdiputada Amintha Briseño, quien representa la continuidad de la “élite” que ha tomado las decisiones en Acción Nacional desde hace varias dirigencias: Mario Osuna, Rubén Armenta, Cuauhtémoc Cardona, Kiki Méndez, Loreto Quintero, Juan Manuel Gastélum, Óscar Martínez, muchos de los cuales asistieron al registro de Briceño.

A la exdiputada también la apoya Luz Argelia Paniagua, quien había dicho se lanzaría en busca de la presidencia, pero trascendió que habría declinado al habérsele ofrecido una cartera en la administración de Amintha por 50 mil pesos al mes. Incluso le habría dado, sin consentimiento de sus seguidores, las firmas que le habían dado a ella, lo que tiene muy enojados a quienes la apoyaban.

Volviendo a quienes dirigen al PAN y quieren perpetuarse a través de la candidatura de Amintha, son quienes tienen cercanía con Carlos Torres, con Óscar Vega Marín, con Miguel Ángel Bujanda, y quienes juegan a ser oposición repartiéndose el dinero del partido en sueldos y beneficios, además de lo que parece un esquema de contratación de servicios no otorgados o entregados en parte, a precios elevados.

Los logos de las organizaciones que forman parte del Corporativo Q.

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Reportaje

“Ley Transa” en Ciudad Juárez permite circular sin placas

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Bajo un esquema alterno al oficial, la Coordinación General de Seguridad Vial del gobierno de Ciudad Juárez expide permisos provisionales para circular sin placas a vehículos que incumplen con requisitos de ley para transitar, una actividad que se lleva a cabo en contubernio con vendedores de autos usados, a través de una tienda de abarrotes y souvenirs donde han entregado más de 100 mil permisos en los últimos 12 meses 

Investigación: La Verdad Juárez

Con la complicidad de vendedores de automóviles usados, la Coordinación General de Seguridad Vial (CGSV) del gobierno de Ciudad Juárez expide permisos provisionales para circular sin placas a vehículos que incumplen con el esquema oficial, en una actividad irregular que tan solo en el último año pudo haber generado unos 42.5 millones de pesos –más de 2.2 millones de dólares–. 

La entrega de esos permisos temporales se realiza en un negocio denominado La Tiendita, en la avenida Teófilo Borunda, a unos 550 metros de la dependencia municipal, que funciona como oficina paralela a Seguridad Vial, también conocida como Tránsito.

En vez de ser rechazados, los propietarios de autos usados que no cumplen con los requisitos oficiales para conseguir de manera legal el permiso provisional para circular sin placas, son enviados por los propios funcionarios de Seguridad Vial a La Tiendita, un negocio con venta de botanas y souvenirs.

En ese lugar, los loteros, como son conocidos los vendedores de autos usados, cobran en efectivo por el permiso sin entregar a los dueños de los automóviles un recibo o ticket por el pago del trámite –en contra de las normativas fiscales–.

Además, esos documentos para circular sin matrícula son expedidos por Seguridad Vial a nombre de los vendedores de autos usados, y no del poseedor del automóvil, como se establece en las normas del municipio.

Ciudadanos en el exterior de la oficina de la Coordinación General de Seguridad Vial del gobierno de Ciudad Juárez, ubicada en la avenida Óscar Flores, casi Teófilo Borunda. Fotografía: Alicia Fernández

Fachada de La Tiendita, ubicada en la avenida Teófilo Borunda. Fotografía: Alicia Fernández

Esto ocurre pese a que no existe un sustento legal que permita que los loteros gestionen permisos para que sean usados en vehículos de los que no tienen la propiedad, de acuerdo con datos y documentos oficiales obtenidos a través de solicitudes de información.

Si bien admiten que no existe una autorización explícita para la operación de este esquema, el dirigente de la Asociación de Loteros, Sergio Grijalva Domínguez,  como el jefe del Departamento de Permisos Vehiculares, Manuel Aguilar Romero, aseguran a La Verdad Juárez que dos disposiciones los amparan: por un lado, un oficio en el que las autoridades municipales conceden a los loteros un descuento en el trámite de los permisos y, por el otro, una carta poder que piden firmar a todas aquellas personas que acceden al documento por esta vía. 

Sin embargo, esta investigación periodística pudo constatar que en el acuerdo entre el municipio y los loteros que ambas fuentes mencionan, identificado como el DGIC/034/2021 y firmado en octubre de 2021, no se hace referencia a ninguna autorización para que vendedores de autos gestionen permisos a nombre de terceros, ni para que usen sus nombres en permisos de vehículos de los que no tienen la propiedad, como tampoco para permitir que se expidan documentos a solicitantes que no cumplen con todos los requisitos de ley.

El documento se limita a indicar que por disposición del Presidente Municipal (Cruz Pérez Cuéllar) se otorgará el 50% de descuento para todas las asociaciones” y se citan tres oficios previos –el 340/2021, 342/2021 y el 347/2021– en los que se detalla el nombre de las 15 agrupaciones de vendedores de autos usados beneficiarias de esa disposición.

Oficio del Gobierno Municipal sobre el acuerdo de los descuentos que se otorgan a loteros en la expedición de permisos de circulación, con fecha de octubre de 2021, obtenido por Transparencia

Bajo este esquema con loteros, del 25 de julio del 2023 al 25 julio del 2024 se otorgaron 105 mil 435 permisos, según reporta la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSP), corporación de la que forma parte la CGSV, en respuesta a una solicitud de información formulada para esta historia. Si se considera que los permisos se tramitan seis días a la semana, de lunes a sábado, se puede calcular que durante ese año se expidieron un promedio de 346 por día. 

Pese al descuento del que, en el marco del acuerdo con el municipio, disponen los loteros, estos cobran completo a los ciudadanos el precio oficial de 425 pesos por un permiso de 30 días. Al tomar en cuenta que a ese monto ascendió el precio del documento en 2024 luego de que, en 2023, se pagaban 375.70 pesos, una sencilla multiplicación dará que los loteros recaudaron en el mismo período, por los más de 100 mil permisos provisionales expedidos, alrededor de 42 millones 543 mil 229 pesos.

La cifra es mayor que los 31 millones 992 mil 861 pesos que el propio municipio recibió durante ese plazo anual por concepto de la emisión regular de 90 mil 818 permisos. 

Pero la duda razonable que queda es si esos fondos finalmente ingresaron a la Tesorería Municipal. 

“Si hay un precio completo y no se está pagando (…) se trata de un daño importante a la hacienda pública, (serían recursos) que no están sirviendo para mejores parques, luminarias, calles”, dice en entrevista René Moreno, activista en materia anticorrupción. 

Esta vía informal, hasta irregular, para obtener los permisos se puso en marcha en medio de la creciente circulación en la ciudad de vehículos sin placas, de los que se calcula hay en la actualidad unos 200 mil vehículos, así como ante la implementación del programa de regularización de vehículos usados de procedencia extranjera, llamados chuecos, que arrancó el Gobierno Federal en febrero del 2022 para automóviles que ya estaban en en el país.  

Este último es el programa al que alude el jefe del Departamento de Permisos Vehiculares, Manuel Aguilar Romero, en su entrevista con La Verdad Juárez. Lo invoca para justificar la expedición de permisos bajo ese esquema con loteros. Asegura que el decreto federal alentó la importación de autos y rebasó todas sus expectativas. 

Tráfico vehicular sobre la avenida Tecnológico en Ciudad Juárez. Fotografía: Alicia Fernández

“No había ni engomados ni placas y los ciudadanos querían circular”, dice. Según su versión, ante la presión de los usuarios, las autoridades habrían optado por otorgar los permisos por vías alternas, a fin de atender hasta a quienes incumplieran con los requisitos exigidos en la normativa.

De haber sido así, se trataría de un giro inexplicable para René Moreno, exintegrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Chihuahua. Considera que la detección de dificultades para la expedición de un permiso debería ser motivo para la revisión del trámite, antes que una invitación a la ciudadanía para que burle el trámite y actúe en connivencia con una irregularidad que las propias autoridades alientan.

“Si realmente les interesara hacer los permisos bien, quitas el trámite del pedimento o dejas algo que sea cumplible, que sea legal. Si no lo hacen es porque evidentemente hay una mochada. ¿Para quiénes? Quién sabe. Se supone que los municipios tienen comités de mejora regulatoria, ¿qué están haciendo si están viendo que miles de personas no cumplen con el trámite?”, subraya.

El Coordinador de Seguridad Vial, César Alberto Tapia Martínez, no respondió a las solicitudes de entrevistas presentadas por La Verdad Juárez a través de Comunicación Social de la dependencia. Y, de hecho, la entrevista con el jefe de Permisos, Manuel Aguilar, se dio de manera imprevista o colateral. Se había concertado una entrevista con Sergio Grijalva Domínguez, dirigente de la Asociación de Loteros. El encuentro tuvo lugar en un local comercial, donde Grijalva se presentó en compañía de otro individuo, que luego intervino en la entrevista con algunas respuestas. Solo entonces reveló que era Aguilar, un alto funcionario de Seguridad Vial.

También se buscaron las versiones de varios de los loteros cuyos nombres aparecen en los permisos a los que La Verdad Juárez tuvo acceso y de representantes de agrupaciones de vendedores de autos usados, pero hasta la fecha no se había obtenido respuesta de ellos.

En Tránsito empieza el tráfico 

El tráfico de permisos se inicia en la Coordinación de Seguridad Vial en contubernio con loteros y concluye en La Tiendita, a la vista de quien quiera comprobarlo.

De lunes a sábado, cada persona que acude a tramitar su permiso de circulación entra a las oficinas de la CGSV, ubicada en la avenida Óscar Flores, y entrega los documentos al personal de Seguridad Vial que revisa cada papel. Si todo está en regla, se emite la orden de pago y, cuando este se ha concretado, el solicitante recibe el permiso expedido a su nombre y de acuerdo a los días de vigencia que haya solicitado.

Pero cuando el personal de la dependencia vial detecta que, en realidad, falta algún requisito o, al menos, que existe una posibilidad de hacer creer al ciudadano que no cumple con lo estipulado para seguir con el trámite, se le ofrece una solución inesperada: ir a la cercana La Tiendita. Allá le ayudarán los loteros, para quienes deberá firmar una carta poder con la que buscan blindar la irregularidad.

Fue el caso de Ernesto (nombre ficticio), por ejemplo, quien accedió a conversar con La Verdad Juárez a cambio de que se reservara su identidad. “En la ventanilla de permisos [de Seguridad Vial], una chica que trabaja ahí me dijo: ‘Hay una manera de sacar el permiso cuando no cumples con los requisitos necesarios, la única diferencia es que el permiso no va a salir a tu nombre, va a salir a nombre de alguien más’”, cuenta. En esa oportunidad, Ernesto buscaba un permiso para una camioneta importada de Estados Unidos. Pero debió desviarse por el camino de los loteros cuando en Tránsito le hicieron notar que los documentos del vehículo no estaban a su nombre y, por lo tanto, no podía completar el trámite regular.

“Yo le pregunté ‘¿y esto me va a generar algún problema a mí, que el permiso no esté a mi nombre?’”, continúa Ernesto su relato. “Entonces ya me explicó: ‘no, tenemos un convenio con la Asociación de Loteros. El permiso sale a nombre de ellos, pero nosotros mantenemos un registro de quién es la persona que tramita el permiso, en este caso, aunque esté a nombre de otra persona, sí vamos a tener la información de que tú lo tramitaste’”.

Esta experiencia se repite en los testimonios de al menos una docena de las personas entrevistadas para esta investigación, que acudieron a Seguridad Vial a tramitar sus permisos como es debido. Los detalles coinciden en cada relato, aunque lo que suele cambiar es el pretexto que los funcionarios alegaron para remitirlos a La Tiendita: unos por la falta de engomado ecológico, otros por carecer de holograma del Registro Público Vehicular (REPUVE) o por no contar con documentos que acrediten la propiedad del vehículo.

El permiso de circulación se basa en el Reglamento de Vialidad y Tránsito para el Municipio de Juárez en su artículo 9 fracción XVIII, que señala que el Coordinador de Seguridad Vial tiene la facultad de expedir permisos provisionales para circular sin placas.

Por la normativa, entre los requisitos y recaudos que deben cumplir quienes deseen obtener los permisos figuran: “Ser vehículo regularizado, ya sea nacional o importado nuevo por agencia vehicular, importado en calidad de usado por pedimento de importación o regularizado por decreto presidencial. Documentos que acrediten el registro y la propiedad del vehículo como lo son facturas, pedimento de importación, constancia de recepción de información en el Registro Público Vehicular (REPUVE) y holograma de REPUVE según sea el caso. Documentos de identificación del solicitante como son: identificación oficial con fotografía, licencia de conducir y comprobante de domicilio. En caso de ser vehículo de placas registradas con anterioridad, se solicita la baja de placas”.

Al momento de solicitar el trámite, los solicitantes deben presentar el vehículo al que el permiso corresponderá, de modo de permitir que las autoridades revisen algunos aspectos. Según informa la SSP en su respuesta 080155924000840, entonces se revisan los documentos en la Plataforma México para correr serie y verificar que no haya reporte de robo, además de que se hace una revisión física del vehículo. Una vez terminada esa revisión, se capturan los datos, se emite la orden de pago y luego se hace el mismo en Tesorería Municipal. Solo contra la entrega de la orden de pago y del comprobante correspondiente, el solicitante recibirá el permiso.

Ventanillas de permisos en la Coordinación General de Seguridad Vial del gobierno de Ciudad Juárez. Fotografía: Gobierno de Ciudad Juárez

Pero nada de eso ocurre en La Tiendita, pues ¿para qué? No en vano, para allá encaminan los funcionarios de Seguridad Vial a quienes justamente no cumplen los requisitos. 

“No llevé tampoco el vehículo presencial porque me dijeron que, cuando vas a hacer el trámite de manera correcta, sí te piden que lleves el vehículo, inclusive la inspección en el número de serie y algunas otras cosas, pero de esta manera (cuando se hace el trámite irregular) no se hace inspección alguna de vehículo, entonces no llevé este vehículo”, dice una de las personas entrevistadas.

Otro de esos entrevistados dice: “Cuando te falta algún documento, en mi caso (…) el engomado ecológico, (el permiso) se da por medio de un lotero”.

Y otro más recuerda: “Nos dijeron en voz alta que el permiso no iba a salir a nuestro nombre, que iba a salir a nombre de alguien de la Asociación de Loteros, que aún así, nosotros teníamos la responsabilidad de no cometer infracciones, porque sí tenían nuestra información y nuestra información estaba ligada al número de permiso a pesar de que no tuviera nuestro nombre”.

En efecto, cuando las personas aceptan esta opción, se les pasa a un jardín que está dentro de las instalaciones de Seguridad Vial, donde se les informa que, debido a un convenio existente entre el Municipio de Juárez y la Asociación de Loteros, es posible expedir los permisos de circulación sin placas a nombre de comerciantes de vehículos usados.

Y de allí salen a continuar el trámite con los loteros en La Tiendita.

Personas formadas en fila en el exterior de La Tiendita, donde se mantienen a la espera de ser llamados para pasar por el permiso para circular para su vehículo; 11 de julio a las 11:30 horas. Fotografía: Rocío Gallegos

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En La Tiendita lo consigues todo

La Tiendita es un comercio de venta de botanas, refrescos, souvenirs y artículos básicos de higiene. También ofrece algunos productos y servicios de papelería. Una suerte de tienda de conveniencia. Se encuentra a unos pasos de la Central Camionera de Ciudad Juárez, sobre la avenida Teófilo Borunda, y comparte estacionamiento con el Hotel Central y con el restaurante Rincón del Refugio. Todos estos locales quedan muy cerca de la sede de la Coordinación General de Seguridad Vial de Ciudad Juárez.

Por lo general, alrededor de las 10:30 horas llegan al local las personas que desde las oficinas de Seguridad Vial envían a tramitar el permiso de circulación. Apenas minutos antes, al lugar habrá arribado un hombre que porta un folder.

Al fondo del comercio comienza a hacerse una fila de personas que el hombre pronto se encarga de atender. Según constató La Verdad Juárez en un par de visitas, este individuo cobra el canon correspondiente (algunos testimonios indicaron que el pago fue de 25 pesos más que el precio oficial) y entrega el permiso a cada uno de los solicitantes. Del pago a la emisión del documento, con una vigencia de hasta 30 días, pasan apenas un par de minutos. 

Por el procedimiento se atiende a unas 30 personas por turno, con cinco turnos al día; así podría llegar la cuenta a 150 personas por jornada. El reciente 30 de julio, La Verdad Juárez pudo constatar que 93 personas obtuvieron su permiso, mientras que 127 lo hicieron al día siguiente. El permiso es el trofeo con el que todos quieren marcharse tras la rápida gestión. Aunque observen un detalle que por sí solo sugiere que algo irregular ocurre: a nadie le entregan un comprobante del pago.  

Un hombre identificado como el encargado de entregar en La Tiendita los permisos de circulación a los propietarios de los vehículos que incumplen con el esquema oficial. Fotografías: Anabel Rojas.

En la entrada al local, del lado derecho, hay un mostrador en el que la cajera y su ayudante sacan copias y enmican los permisos, en caso de que alguien lo requiera. Ambas organizan también el acceso al comercio cuando aumenta el flujo de personas en la fila.

A veces es tan grande la cantidad de personas que acuden a La Tiendita para pagar el permiso de circulación, que se hacen filas afuera del comercio, visibles a los ojos de los transeúntes, incluso ante los ojos de elementos de policía.

El pasado 31 de julio, por ejemplo, La Verdad Juárez fue testigo de cómo dos sujetos con armas y uniformes de la Agencia Estatal de Investigación llegaron al comercio en un vehículo oficial y saludaron a uno de los gestores encargados de entregar los permisos. Después de permanecer dos horas en el local, los policías se retiraron mientras seguía sin sobresaltos la operación de pago y entrega del documento oficial.

En semanas recientes se instaló dentro de La Tiendita, al fondo, un módulo especialmente dedicado a la entrega de los permisos. En la pared de esa especie de módulo están pegados siete escritos que distintos loteros dirigen a Manuel Aguilar Romero, el Jefe de Permisos de la CGSV, por los que autorizan a terceros para actuar en representación de ellos en la entrega y recepción de los permisos vehiculares.

Los firmantes de los diferentes oficios son Ciro Alberto Rivera Gutiérrez, representante del lote La Curva; Carlos Lozoya Mendoza, de CLM Automotriz; Fátima Alondra Lomelí Luján, de Sam-Lom Car´s; Edgar René Gallegos Nájera, de Unión de Vendedores de Autos Ejército Nacional; César Ibarra Soto, de Grupo Cislot INMEX AC; Carlos Antonio Lechuga Ávila, de  la Asociación de Vendedores de Autos Usados; y Miguel Francisco Rojo Balderrama, de Autos Rojo.

En una de las visitas realizadas al comercio fue posible hablar con Carlos Baray, quien se ostenta como propietario de La Tiendita.

El hombre asegura que él solo se encarga de rentar el espacio a la Asociación de Loteros, pero se negó a identificar a las personas a cargo del negocio que tratan con él, así como a dar detalles sobre la operación del lugar, con el argumento de que se trata de un negocio privado.

Alega además que en el lugar están a la vista documentos en los que aparecen los nombres de los loteros autorizados para hacer los trámites, y que ahí solo se entrega el permiso de circulación, porque la gestión se hace en Vialidad.

Baray asegura que el módulo opera de manera irregular, porque “de repente van y vienen” y a la fecha tendría solo un par de meses ofreciendo ese servicio en La Tiendita. “Son como dos meses, de repente como que agarran otro módulo de entrega, dependiendo, y se vienen otra vez para acá, dependiendo las necesidades de ellos”, dice.

Sin embargo, La Verdad Juárez pudo confirmar que el módulo funciona al menos desde enero de este año. Por su lado, el propio individuo que renta el lugar, Sergio Grijalva, de la Asociación de Loteros, refiere que llevan ahí como un año y medio, algo que contrasta con lo que Baray afirma.

Baray descarta que se trate de una actividad ilícita. Se basa en su propia experiencia como lotero, actividad a la que, según revela, alguna vez se dedicó; por lo tanto, conoce de lo que habla. Recalca que nunca ha tenido problemas con Vialidad.

Sin embargo, este negocio no está autorizado para procesar pago alguno del Municipio, como confirmó la Tesorería de Juárez en varias respuestas a solicitudes de información.

En la actualidad, precisa la Tesorería, la administración que encabeza el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar tiene convenios con el supermercado Smart y con las cadenas de autoservicio Del Río y Oxxo para permitir el pago en sus sucursales “única y exclusivamente del Impuesto Predial y de infracciones de vialidad”.

Además, la Secretaría de Seguridad Pública detalla, también en respuesta a una petición de información, que el trámite completo solo puede realizarse en las oficinas públicas de la CGSV.

Ciudadanos al salir de La Tiendita luego de recibir el permiso de circulación para sus vehículos. Fotografías: Anabel Rojas

“Se informa que todos los trámites de permisos provisionales para circular sin placas se realizan ante el Departamento de Permisos de la Coordinación General de Seguridad Vial y todos los pagos se efectúan por parte del titular del permiso ante las cajas de Tesorería Municipal”, dice la dependencia municipal en otra respuesta.

Sergio Grijalva Domínguez, líder del tianguis de autos Chavira Jilotepec y de la Asociación de Loteros de Ciudad Juárez que opera en La Tiendita, asegura que el esquema “es un trato especial” que las autoridades dan a los vendedores de vehículos usados a raíz del creciente número de carros que circulan sin placas en la localidad.

Al tiempo que asegura que ese privilegio no es nuevo, dice que desde hace un año y medio empezó la expedición de los permisos bajo esta modalidad. En cambio, el jefe de Permisos de Seguridad Vial, Manuel Aguilar, menciona que iniciaron bajo este esquema desde octubre de 2022, a unos meses de la implementación del programa de regularización de autos chuecos.

“Los permisos salen a nuestros nombres, es para el vehículo, pero es responsabilidad de la persona que usa la unidad”, explica Grijalva Domínguez y añade que es Seguridad Vial quien así lo autoriza. “En Tránsito revisan todo y ellos determinan si se autoriza o no el permiso”.

Cuestionado sobre por qué no se entrega un recibo por el pago del servicio a los ciudadanos, el líder lotero dice: “Nosotros pagamos el permiso, el comprobante se nos entrega a nosotros”, pero se niega a mostrar al menos uno  de esos tickets, que permita confirmar su versión.

Seguridad a la venta y con descuento

En Ciudad Juárez, una comunidad de más de un millón y medio de habitantes, circulan casi un millón de vehículos.

De esa cantidad, 730 mil lo hacen de manera legal, es decir, cuentan con una placa metálica oficial, de acuerdo con datos a julio de este año reportados por Recaudación de Rentas, instancia estatal encargada de expedir y canjear placas vehiculares.

Al mismo tiempo son más de 200 mil los vehículos chuecos, es decir, sin placas oficiales, según estimaciones de Seguridad Vial del Municipio de Juárez. Esta cifra ofrece una dimensión del mercado de los permisos provisionales para circular, que en una importante porción se atiende a través del esquema paralelo con los loteros. 

Con el argumento de resguardar la seguridad pública, el Gobierno Municipal de Juárez comenzó en 2006 a emitir un permiso provisional para circular sin placas, de manera que hubiera forma de identificar a los carros chuecos.

Pero la ironía es que permisos como los entregados en La Tiendita vulneran esa previsión de seguridad, pues llevan impresos nombres diferentes a los de los propietarios reales de los vehículos.

Ya en 2017, un doble homicidio puso en evidencia las consecuencias de esa contradicción.

En aquella ocasión, dos hombres fueron acribillados en el estacionamiento de un restaurante. La camioneta desde la que les dispararon portaba un permiso de circulación sin placas a nombre de un tal Alberto Rivera, quien resultó un líder de vendedores de autos que no era el dueño efectivo de la unidad involucrada en el asesinato. Al circular con un permiso expedido a nombre del vendedor de autos, no se pudo conocer la identidad del dueño de inmediato.

El mismo año del crimen las autoridades aceptaron que había un convenio para que vendedores de autos tramitaran permisos a su nombre y luego los vendieran a terceros. Así, en esta frontera binacional, circulaban y circulan todavía vehículos de los que no se sabe quiénes son los dueños, gracias a un sistema que funciona al amparo de la propia corporación encargada de conservar la seguridad vial en las calles. 

Con el mismo propósito de reforzamiento de la seguridad se implementaría luego el decreto que permitió la regularización en todo el país de los llamados vehículos chuecos. 

Según las autoridades federales, “el incremento de los delitos en contra de la seguridad y patrimonio de las personas está vinculado, entre otros factores, con el uso de vehículos de procedencia extranjera que circulan de manera irregular en México y que existe una considerable cantidad de éstos en el territorio de las entidades federativas de la frontera norte”, como se indica en el Decreto por el que se fomenta la regularización de vehículos usados de procedencia extranjera. 

El permiso que actualmente expide la CGSV de Juárez está impreso a color y exhibe un holograma, el sello de la corporación, número de folio, fecha de expedición, número de días de vigencia del permiso, fecha de vencimiento, el escudo del Ayuntamiento de Juárez, la imagen institucional del Gobierno Municipal, y debe llevar la firma del coordinador general de la dependencia, César Alberto Tapia Martínez.

Sin embargo, en una decena de permisos entregados en La Tiendita, y a los que tuvo acceso La Verdad Juárez, se aprecian algunos vacíos, como la falta de holograma o del número de días que se puede circular. Además, se aprecian al menos tres firmas distintas.

En los permisos que La Verdad Juárez revisó se repiten unos cuatro nombres: Carlos Lechuga, Alfonso Surita Rosas, Alberto Rivera Gutiérrez y Miguel Francisco Rojo Balderrama. Son líderes del gremio de vendedores de autos usados.

El oficio DGIC/034/2021 detalla que las organizaciones beneficiadas con un descuento del 50 por ciento en el costo del permiso de circulación son: GRUPO CISLOT INMEX, AC, Renacimiento La Curva, Autos X, Lote Chavira II, Turys Car, Lote Troncoso, Tetos Cars, Autos Chavira Jilotepec, UIVAC, Venta de Autos Ejército Nacional, La Curva Perimetral, Autos Rojos SA de CV y SERVIGON Servicios Aduanales, Agencia de Importación Vehicular.

El descuento otorgado por el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar se ampara en la autorización para “condonar derechos y aprovechamientos de tipo corriente” de la que dispone ese cargo, según lo establecido en el artículo 88-A del Código Fiscal del Estado de Chihuahua y en el 126 del Código Municipal para el Estado de Chihuahua.

Antes de esa disposición, el Municipio de Juárez ya había firmado al menos tres autorizaciones (correspondientes a los oficios TM/CJT/3034/2021, TM/CJT/3037/2021 y TM/CJT/3136/2021), en las que se comprometía a otorgar descuentos de entre 30 a 40 por ciento a diferentes agrupaciones de loteros, con el argumento de que los vehículos importados pudieran circular debidamente identificados “al momento de su reparación o pruebas de manejo”. 

Pero en ninguno de estos acuerdos se menciona la autorización para que los loteros revendan o gestionen permisos a nombre de terceros, o para que presten sus nombres para la expedición de documentos.

Manuel Aguilar, jefe del Departamento de Permisos, comenta que este mecanismo operado por loteros es una forma de brindar “apoyo” y “facilidad” a la ciudadanía que no cumple con los requisitos para tramitar el permiso, lo que así prevendría el tráfico y la compra de permisos falsos. 

Además, Aguilar recuerda que las autoridades han llegado a detectar la expedición de permisos falsos. Pero que, al final, presentados ante la Fiscalía General del Estado, los casos quedaron cerrados, pues el Ministerio Público terminó acreditándolos como compras de buena fe.

El funcionario explica que la puesta en marcha del mecanismo con loteros obedeció a una instrucción dada “desde Presidencia”: “Nos dijeron que buscáramos la forma de que se cubriera el objetivo primordial, que teníamos que pensarla, y el procedimiento se ha ido puliendo a lo largo de este tiempo”, proceso que sintetiza con un refrán: “La carga echa a andar el burro”.

Pero a la vez dice que no recuerda el nombre de la persona que dio la orden; solo sabe que ocurrió en una reunión en la que participaron los representantes jurídicos de varias áreas. En cambio, sí está en posición de confirmar que quien quiera que haya dado la orden no fue ni su jefa inmediata, a quien identificó como Carolina Hermosillo, Jefa Administrativa de CGSV; ni tampoco César Tapia, el Coordinador General.

“Estuvimos buscando cómo hacerle y se llegó a un acuerdo con los líderes de loteros (…) el primordial propósito es la seguridad. Es primordial que el vehículo tenga una identificación (…) que el ciudadano ande bien, que circule sin exponerse a multas excesivas o que se cometan ilícitos con vehículos no identificados”, insiste Aguilar.

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Créditos:

Coordinación:

Rocío Gallegos

Gabriela Minjáres

Investigación:

Anabel Rojas

Rocío Gallegos

Gabriela Minjares

Itzel Ramírez

Fotografías:

Anabel Rojas

Alicia Fernández

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Esta investigación fue realizada con el apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR). Aquí puedes consultar la publicación en La Verdad Juárez.

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